miércoles, 24 de febrero de 2016

Los turnos de noche acortan la vida, merman la salud y rompen matrimonios



CONCLUSIÓN DE VARIOS ESTUDIOS
      
Los trabajadores de turnos de noche pierden cinco años de vida por cada quince de jornada laboral, se divorcian tres veces más que el resto de sus compañeros y tienen un 40% más de posibilidades de padecer trastornos neuropsicológicos, digestivos y cardiovasculares.
Estas son algunas de las conclusiones de diversos estudios con los que los doctores Eduard Estivill, jefe de la Unidad del Sueño del Instituto Dexeus de Barcelona, y Apolinar Rodríguez, responsable del Servicio de Neurofisiología del Hospital de la Paz de Madrid, explicaron los riesgos que conlleva contradecir al sol.
El doctor Estivill aseguró que unos dos millones de españoles tienen horarios nocturnos o rotatorios, jornadas que, prosiguió, están prohibidas en los países nórdicos, donde no está permitido que los mayores de 35 años trabajen por la noche ante el "ingente gasto" derivado a la Seguridad Social.
Este especialista desveló que los accidentes laborales con mayores consecuencias "suelen ocurrir de noche". De hecho, las estadísticas apuntan que un 90 por cien de los siniestros más graves se han registrado en ese turno, como ocurrió con el de la central nuclear de Chernobil (Antigua URSS/1986) o el del petrolero Exxon Valdez (Alaska/1989).
Insomnio, irritabilidad, angustia, depresión, trastornos digestivos, ataques de pánico, enfermedades cardiovasculares por un estrés crónico, unido a adicciones a tranquilizantes, excitantes o alcohol y tabaco, son algunas de las costumbres patológicas que acompañan a quienes trabajan sin sol, según los especialistas.
Estivill, cuyos libros sobre trastornos del sueño figuran entre los más leídos, recordó que el desajuste horario no sólo "desincroniza al ser humano fisiológicamente al sufrir una reducción de sus defensas inmunitarias por insuficiencia de luz, sino que también le produce desequilibrios sociales y psicológicos al verse abocado a vivir al revés que los demás".
La causa principal de los trastornos es que el descanso diurno es "poco reparador", ya que durante el día los parámetros biológicos tienen unas constantes naturales diferentes a las de la noche, en que el organismo se prepara para descansar.
Según Estivill, los ritmos biológicos naturales y saludables coinciden con el día y la noche, y a ellos el cerebro responde enviando al organismo órdenes de actividad. "Al cuerpo no se le puede engañar", sentenció.
En el trabajador nocturno, argumentó, se produce un desajuste de su ritmo "circadiano natural" lo que se traduce en una predisposición a la fatiga.
El doctor Apolinar Rodríguez, jefe del Servicio de Neurofisiología de la Paz, señaló que los trastornos implican la astenia física y psíquica.
Lo que conlleva, subrayó, "dificultad para hacer esfuerzos y sensación de cabeza vacía", así como "irritabilidad, intolerancia a las pequeñas agresiones del medio y alteración de las relaciones entre los compañeros de trabajo y la familia".
"Los trabajadores de edades más avanzadas que el resto son más vulnerables a los trastornos y tienen más riesgo de envejecimiento prematuro y aumento de la morbilidad", indicó Apolinar, quien aclaró que cada ser humano tiene una mayor o menor adaptación a estos horarios, por lo que no pueden establecerse promedios exactos.
Tanto Rodríguez como Estivill coincidieron en la necesidad de la siesta para los trabajadores de turno de noche, al menos media hora, mientras que para el resto de los mortales debe limitarse a unos veinte minutos, observaron.
Ambos apuntaron que es preferible que estos empleados mantengan sus hábitos en días festivos, ya que el cuerpo no puede ajustarse en dos días a un nuevo horario, y recomendaron que procuren dormir en un ambiente totalmente aislado de ruidos y de la luz.
Es también fundamental mantener un horario de comidas normal que no altere el desayuno, la comida y la cena, con la separación de horas habituales entre cada ingesta.
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2006/10/01/medicina/1159698178.html